jueves, 26 de febrero de 2009

Normal al Puro.

Han pasado poco más de 3 meses y ya estamos aquí, a los pies del Puro con la tarea que dejamos pendiente ya que la anterior vez nos quedamos en el collao a puertas de la cumbre ( a unos 80 metros). Aquella vez fuimos bastante lentos y en el collao vimos que lo más correcto era bajarse para que no se nos echara la noche encima ¡y aún así llegamos justos!

Pues bien, a la segunda fue la vencida y a las 11,15h ya estamos luchando con el primer largo, el más difícil para mí. Los dos primeros largos son de continuidad por una fisura-chimenea y a eso de las 14h está empezando Guillermo la cueva del 6a. ( cuarto largo) el cual encadenó. Íbamos alternando los largos en orden contrario a la otra vez. En la chimenea nos saltamos la reunión del medio, sabiendo que aunque las cuerdas llegan justas, llegan (58 metros aprox.)
Una vez en el collao con las 15h en el reloj me decido a coger todos los zarrios y tirar hacia arriba para salir esta vez por arriba, cuando supero el collao es una flipada todo lo que tienes bajo tus pies, pero a la vez había ir con cuidado pues llevaba demasiados metros y solo había chapado dos cordinos roñosos. Cuando llego a la runión la monto sin pensarmelo aún sabiendo que podía tirarle hasta la siguiente (pues se pueden empalmar los largos) y una vez que ya sube mi compañero, me dedico a observar este paraíso. Cuando Guille se asoma al collao está igual que yo hace unos minutos...y cuando nos juntamos en la reunión sale sin apenas pararse superando una pancita bastante dura (5c) pero acerable, jeje. De aquí se hace una leve travesía a la derecha para encararte al 6b un desplome tampoco obligado. Aquí debajo está la otra reunión que esta vez sí que nos saltamos. A partir de aquí ya tumba y cuando pasan las 4 de la tarde estamos pisando la cumbre del Puro ¡Qué chulada!
Después de unas fotacos y un tiempo de descanso bien merecido, empezamos las maniobras de los rápeles y a las 18h estamos los dos con los pies en el suelo, camino del bar para celebrarlo con un buen embutido, pan de Ayerbe y una buena jarra de cerveza, ¡que vía tan impresionante!
Dificultad. 6b, recomendable.

domingo, 15 de febrero de 2009

Pany Haus. Riglos.

Es viernes por la noche, y esta tarde he acordado con Iñaki ir mañana a Riglos para hacer la chimenea Pany Haus que nos dejará en el collao y si da tiempo y nos vemos bien subiremos hasta el Pisón. Como siempre, la noche de antes de ir a Riglos sea a hacer la vía que sea me cuesta un montón dormirme y cuando lo consigo me despierto y me vuelvo a despertar y es que escalar aquí es diferente a todos los demás sitios, aquí siempre se lleva el culo un poco prieto por sus típicas panzas, estrechamientos, alejes...y muchas más cosas que solo hay en un paraíso como este.
A las 11,30h estamos al pie de la vía mirando este pedazo de paredón. Empezó el agüelo tirandole de primero y a partir de ese momento fuimos turnándonos los largos para ganar tiempo. Iba escalando metros y me defendía bastante bien, los spits alejaban pero subía con cabeza y concentrado para no fallar, pues una caída en algún tramos puede suponer lo peor.
No sé por qué pero tenía la idea de que la vía era más difícil de lo que luego ahi arriba me parecía, mi técnica no es para tirar cohetes pero me sirve perfectamente, esta consiste en arrastrarse todo lo que puedas. Y poco a poco las dificultades principales iban siendo superadas y de tiempo íbamos bastante bien pues hicimos la vía en 4 horas y media el problema fue que entramos demasiado tarde para tirarle hasta el Pisón y los dos teníamos bastante por hoy y yo estaba muy satisfecho de toda la actividad, así que sin más historias nos fuimos hacia la derecha haciendo una travesía un poco expuesta y rota (a Iñaki se le fue un bolo, pero no pasó nada porque iba de segundo) hacia la línea de rápeles evidente por la canal.
Cuando llegamos al suelo fuimos directos al bar a celebrar como dios manda la trapada del día. Cada vez que escalo en Riglos es otro mundo diferente, es otra historia y la verdad que esta vía es para ir sin miedo y disfrutarla.
Dificultad: 6a

lunes, 2 de febrero de 2009

Espolón Elegante al Puig Campana.

Sin descanso alguno al día siguiente fuimos hacia el Puig Campana, un paredón impresionante. Esta vía de 350 metros es sin duda la más exigente, comprometida, constante que he podido hacer hasta ahora. No había descanso, ningún largo era fácil, los IV+ se complicaban por momentos, todo es diferente aquí.
Hasta el pie de vía hay alrededor de una hora de pateo. La entrada es más o menos clara (hay una flecha). Cuando empezamos a escalar eran las 10 pasadas, el primer largo es apañarse hasta llegar a un árbol que hay al pie de la fisura del segundo largo, el más difícil, 6b+. Antes de empezar la vía habíamos acordado que este largo me lo iba a currar yo y así fue con pedaleta y todo el tinglado pero salió. Me colgaba de clavos roñosos y cordinos reventados (no tenía navaja para cortarlos) como de parabolts. Luego tenía una travesía a la derecha que esta si que estaba totalmente desequipada y tuve que usar los fisureros en condiciones.
A partir de aquí, las horas pasaban demasiado rápidas y nosotros subíamos demasiado lentos, como de costumbre, pensábamos que las principales dificultades habían sido superadas pero esos quintos eran bastante duros. En el cuarto largo se veía un cordino a la derecha y otro a la izquierda y en la reseña que nosotros llevábamos señalaba que el camino correcto era por la derecha pero después de intentarlo varias veces tuve que desistir a hacer una travesía a la derecha por una placa expuesta, así que le tiré por la izquierda y tuve que usar por segunda vez mis estribos en otra fisura bastante dura, y cuando acababa este largo salíamos ya a la segunda parte de la pared y supuestamente más fácil.
Cuando llegué al pie del espolón final eran alrededor de las 17h y le comente a mi hermano que eso no me parecía IV- como indicaba la reseña así que fuimos hacia un cordino que había a la izquierda del espolón pensando que era la línea de rápeles, pensamiento equivocado, cosa que nos hizó perder más de una hora.Cuando la noche ya estaba encima Javi hizo ese espolón que a mi me había parecido complicado metiendo tres seguros en 30 metros, pero vimos que todo se había complicado, que estábamos a 300 metros del suelo con la noche encima y sin frontales (gran fallo mío, que no los traje de Zaragoza pensando que no nos íbamos a meter en ningún marrón semejante) así que la única que nos quedaba era esperar a que se hiciera de día para poder escalar los dos largos que nos quedaban el primero ya lo había montado mi hermano por la noche rapelando de un bloque de roca, para subir por la mañana los dos de segundo.
Me aseguré a un árbol que había allí mismo para ver donde preparábamos el vivac para pasar la noche mientras Javi rapelaba, la cosa no fue muy lejos pues pasamos un cordino al árbol y allí a eso de las 19h estábamos ya cambiandonos los gatos y comiendo algo por primera vez en el día. Nos abrigamos con los forros polares que por suerte habíamos traído. La noche no se hizo muy larga y eso que tampoco dormí mucho que digamos, pero el frío era moderado y el viento solo nos vacilaba por momentos ya que estábamos detras del espolón un poco protegidos. Y allí sentados pasábamos las horas hablando y comiendo empanadillas que nos habían sobrado para que las horas se pasaran más rápidamente.
Toda la noche había estado despejada pero sobre las 6 de la mañana la niebla nos empezaba a envolver poco a poco y sin enterarnos. A las 7,30 ya estábamos preparados para salir hacia arriba pero no se veía nada y esperamos hasta las 8 que clareó un poquito. De aquí hasta la sirga de bajada nos quedaba tan solo un largo muy facilito y rápido pero la suerte nos había vuelto a jugar una mala pasada.
Tendremos que ir pensando en dejar de escalar... porque no estamos hechos para este tipo de marrones, pero bueno poco a poco vamos saliendo de ellos, eso sí, para meternos en otros.

Dificultad: 6b+/V,A0

Espolón Amarillo y Espolón Limaban.

Debido a que el Pirineo estaba inpracticable para este puente de San Valero decidí irme con mi padre a tierras valencianas donde nos esperaba Javi para trepar todo lo que se podía, y así fue, apuramos al límite.

Daban buen tiempo para el jueves y el viernes así que había que aprovechar y el primer dia fuimos a Toix para entrenar un poco para el día siguiente que nuestros pasos se dirigirían al famoso Puig Campana que son palabras mayores.
Hicimos primero los dos primeros largos del espolón amarillo, que estaba semiequipado (las reuniones y algún pitón en algún pasito). Del todo recomendable, el primer largo sale IV+ y el segundo sale de la reunión en travesía a la izquierda cogiendo una chimenea desplomada que sale con una travesía muy maja a la derecha en la que hay un par de pitones (V). De aquí llegamos al suelo en un rapel de 50 metros para hacer otra vía, esta sí hasta la cima del Toix.La siguiente que íbamos a hacer tenía equipados los dos primeros largos (IV y IV+), en el segundo hay una bavaresa muy característica y bonita en la que hay que pretarle lo suyo pero sale bien y además tienes bastantes parabolts. El siguiente largo lo hizo mi hermano y poco a poco la cuerda se iba consumiendo y yo no oía por ningún lado "reunión" así que cuando se acabó la cuerda salí en ensamble. La pared iba perdiendo verticalidad, dificultad pero seguía siendo una bonita trepada que nos dejaría en la cima, en la que coincidimos con otros maños. Desde aquí se veía el Mascarat y el Peñon de Ifach, una vista privilegiada.