lunes, 16 de marzo de 2009

El Pisón, una buena alternativa.

El viernes fuimos a dormir a Villanúa para el sábado madrugar e ir pronto para el Aspe, pues la idea es hacer la Edil pero la cosa se veía fea desde el primer momento porque a las 5,30h de la mañana en Candanchú hacía 5ºC positivos pero íbamos a subir igualmente a ver que había por ahí arriba ya que no había ninguna otra alternativa.

En dos horas estamos en la base de la vía, la nieve de aproximación está bastante bien de lo cual alucinamos porque a las 7.30h a la sombra hace 8ºC ¡ No escalamos ni de coña! Además eso no era otra cosa que una lluvia de cascotes de hielo y una cascada que había a la derecha de la Directa a la Norte se cayó practicamente entera cuando nosotros estábamos en el mismo pie de la Edil, por cierto, el primer largo y la cueva están tapados de nieve inconsistente(aparentemente).

Viendo lo visto, antes de las 12 de la mañana estábamos en Candanchú a más de 15ºC y directos para casa a descansar. Comiendo pensamos qué podemos hacer: lo único factible es ir al corredor de los franceses en el Anayet pero hacerlo por la noche para llegar al amanecer a la cima, así que llamo a Dani que sé que ha estado por allí y la verdad es que no me dice nada nuevo; mucho calor, nieve blanda... a tomar viento nos vamos para Zaragoza.

De vuelta pensamos en nuestros queridos mallos de Riglos y su fantástico Pisón (al que nunca habíamos subido) así que elegimos la vía más asequible el Espolón Adamelo.


A las 11 estamos empezando el primer largo y poco a poco vamos ganando metros y superando panzas (aunque en el segundo largo haya que recurrir a las técnicas del artificial) A las 15.30 estamos en el collao y de aquí teníamos un poco duda a ver por dónde tiraba la vía pero más o menos con los buriles que hay te apañas. A las 17h llegamos a la cima del Pisón ¡estamos en lo más alto de Riglos!

Pronto empezamos los rápeles pero las cuerdas no hacen más que anudarse una y otra vez y a las 19.30h y en cinco rápeles estamos en el suelo.
Cuando llegamos al pueblo lo primero que hacemos es ir al bar pero nos dicen que no quedaba pan asi que nos vamos para Ayerbe y nos tomamos unos bocatas de longaniza a la brasa que estaban "delicaos".
Dificultad. 5c

martes, 10 de marzo de 2009

Via Mariano. Tivissa.

El sábado por la tarde quedé con Dani para escalar un poco el domingo, la idea era hacer algo por Riglos pero viendo que la nevada del Pirineo llegó hasta allí decidimos ir a la zona de la playa, esta vez a Tivissa.
Escalar en esta zona en invierno da gusto pues parece verano y nunca hay nadie.Cuando llegamos a este pueblecillo fuimos al bar a tomar algo y preguntar cómo se llegaba al Morral de la Peña Roja pues yo ya había estado pero no me acordaba muy bien.

Cenamos dentro de la furgoneta de Dani unos buenos bocatas ya a pie de vías y a eso de las 10 y media de la noche estábamos dentro de nuestros sacos.

A las 10 de la mañana ya tenía todos los zarrios (que no eran pocos) colgados para empezar a escalar por una zona un poco herbosa. En tres largos bastante disfrutones y facilones ( el segundo largo es un poco más tieso, pero sale) llegamos a la cima. Nos hicimos algunas fotos y bajamos para abajo para hacer alguna otra vía. Al final hicimos el primer largo de otra vía para que Dani se animara a meter los cacharros de los cuales no acabó muy convencido, pero bueno es lo que hay.
Al mediodía decidimos poner ya freno por este fin de semana y prepararnos para ver lo que nos deparará el que viene por el Pirineo. Espero que grandes escaladas...

Dificultad. V

domingo, 1 de marzo de 2009

Cara Oeste del Taillon. Corredor de la Izquierda.

Alucinante, así se podría definir la ascensión de el último fin de semana de Febrero. Después de mucho tiempo nos juntamos los tres hermanos para ir a escalar. El viernes por la tarde fuimos a Bujaruelo con la intención de escalar la central de la cara oeste del Taillón así que nos preparamos allí todas las mochilas cargadas hasta arriba (como de costumbre) poniéndonos a andar con los frontales en la cabeza practicamente de noche. En verano había subido a la cabaña de eléctricas en menos de una hora y esta vez nos costó... ¡tres horas!

Cuando llegamos allí no hacía más que salir humo de la ventana, pues además hacía tiempo que olíamos a fogata... y después de mucho gritar desde la ventana y no oir a nadie ni nada mi hermano entra para ver que pasaba, y una vez dentro vuelve a gritar varias veces hasta que se oye una voz débil francesa, según nos contó luego el sherpa no veía nada dentro de la cabaña debido al humo y debía tener al mozo a escasos metros y no lo podía ver, entonces le preguntamos que si podía respirar bien y que si quería salir fuera pero dijo que no, que estaba bien.

Una vez que salió Javi de allí dijimos que allí no se podía dormir así que echamos 10 minutos más andar y buscamos un buen llano para vivaquear. Una vez aquí, tocaba lo de siempre, ir a por nieve, fundirla, hacer agua para el día siguiente...y entre unas cosas y otras nos echamos a dormir a la una y media a -2ºC. El despertador ya estaba puesto a las 4.30 de la mañana para ir rapidamente hacia la oeste.

Despues de desayunar unos tés y algo sólido dejamos todo lo de vivaquear al lado de una roca cubierto de nieve para que no se lo llevara el viento. Después de mucho patear, estamos en el glaciar de los gabietos y miramos la pared viendo que la única vía factible es el corredor de la izquierda pues la central está bastante escasa y en la Quintana se han metido un par de cordadas.

A las 10.30 estoy ya con todos los bartulos puestos en el arnés pinchando el hielo del primer largo a pesar de que cae algún bolo de hielo de alguna cordada de arriba que habíamos visto meterse. Al segundo largo le ataca Jorge saliendo de la reunión con una fina cascada, y luego el largo se pone serio con una cascada de unos 10 metros o así con algún paso a 90ºC que tira para atrás. Una vez hechos estos dos largos está hecha practicamente la vía pues aún quedan 250 metros o así pero es una pendiente de nieve bastante sencilla con alguna cascadita interesante.

Son las 16h cuando nuestros culos están sobre la cima del Taillon¡por fín! que largo se me estaba haciendo esto. En poco empezamos el descenso hacia el glaciar de los Gabietos en esamble cuando en la arista de bajada vemos que unos franceses salen de la central y es entonces cuando nos comentan que estaba un poco escasa de hielo y había bastante mixto y roca. Cuando estábamos llegando al glaciar le dije a mis hermanos que iba hacia el pie de la cascada a por el tornillo de hielo que se le había caído a mi hermano, ellos me dijeron que no fuera que no lo iba a encontrar ni de coña y después del cansancio de todo el día me puse a tirar para arriba por una pendiente de 45ºC durante un buen rato a por ese tornillo, pues tenía la corazonada de que íba a estar allí, de que lo íba a encontrar. No tuve ni que buscarlo, cuando llegué al pie de la cascada estaba allí, clavado en la nieve ¡Qué suerte!
Cuando se lo dije a estos ni se lo creían y entre tanto y tanto un helicoptero de la Gendarmería llevaba alrededor de 2 horas dando vueltas sobre la cara norte del Taillon. Cogimos las cosas que habíamos dejado en el glaciar y bajamos disparados hacia eléctricas a ver si aún estaba aquel colgao de anoche o... qué pasaba. Cuando estábamos llegando hacía el collao de Bujaruelo vemos como el helicóptero saca a un tipo a través de una cuerda que le habían echado desde arriba, se colgó y voló cientos de metros colgado de aquel cable, cuerda o lo que fuera, que salvaje.

Después de todas las aventuras de este día tan completo llegamos a eso de las 19h a la cabaña, que todavía olía bastante a hoguera pero se podía respirar bien y otra vez a la repititiva tarea de coger nieve, fundirla, hacer sopitas...

El domingo al levantarnos había caído una ligera nevada y durante la bajada hasta la pilona seguían cayendo algunos copos que otros. Después de tomar algo por la mañana, volvemos a hacer las mochilas y salir hacia abajo y en seguida llegamos al coche con una sonrisa en la cara después de la panzada de todo el fin de semana.


Dificultad. D