Así que ponemos rumbo el lunes por la tarde hacía el Espolón Frendo una señora Cara Norte que lo tiene todo: pasos de hasta V grado en roca, palas de nieve y hielo, verglás... y sólo tiene 700 metros menos que la Cara Norte del Eiger ¡vaya viote!
Cuando entramos en la vía nos adelantaron unos austriacos que tenían bastante pinta de pilotar bien por esas alturas pues no nos dió apenas tiempo a verlos y cuando llevábamos unos 300 metros de pared o así los vemos rapelar y cuando le preguntamos que qué es lo que pasa nos dicen que hace mucho viento en la parte de arriba de la arista y que está bastante expuesta a avalanchas (a todo esto nos cayó una al lado por la mañana bastante grande por el corredor de la izquierda) lo que hace que después de mucho dudar y pensar nos entré la razón y rapelamos después de los austriacos.
A pesar de que no pudimos hacer el Espolón Frendo llevaba los gemelos bastante cansados y no me tiraba mucho la idea de al día siguiente meterme en otra vía de 600 metros pero había que apurar pues puede ser que no escalemos más.
Así que a las 6,30 de la mañana nos metemos en el Triángulo de Tacul a por todas!! Empalmamos los dos primeros largos y los dos siguientes son dos cascadas a 80º/85º muy guapotas y que salen más facil de lo que parecen. A partir de aqui quedan 6 largos de mixto super chulos que yo no tenía calculados pues creía que se salía a la cima del Triángulo con tan sólo estos largos de hielo pero...¡para nada! Todavía queda lo más chulo de la vía...
Después de muchas horas en la pared salimos a la cima del Triángulo a las 17h de la tarde pues teníamos todo el rato a Rubén y a Alex por encima nuestro. Reponemos un poco de fuerzas pues queda lo más fácil pero psicológicamente lo más duro, además estas dos horas hasta la cima se hacen muy largas (a paso burra).
En menos de dos horas estamos en Les Cosmiques otra vez por la bajada un poco expuesta a través de los seracs y grietas del Tacul. Al día siguiente el bombero y Alex se animan a hacer la Arista de les Cosmiques con unos andaluces que conocimos allí en el Refugio. Javi y yo les esperamos en Chamonix tranquilamente descansando en algún jardín de la capital del alpinismo.